El
ferry
de
pasajeros que cubre La
autopista del mar que va de Gijón a Nantes se llama Norman
Asturias y sale del puerto de El Musel
La
salida es el martes 4 de junio a las 19h30 pero hay que estar un par
de horas antes para el papeleo y la cola para entrar en el
barco. Hay varias colas: de camiones, coches y motos. Poco a poco
vamos entrando al barco por una puerta gigantesca en la parte de
detrás; los camiones y motos van a la bodega, los coches hemos de
subir una rampa muy inclinada para llegar a cubierta donde
se dejan los coches al aire libre y bien atados. Zarpamos
puntualmente y la costa se va alejando, alejando, hasta que ya no se
ve.
El
viaje va a durar 16 horas, así que pasaremos aquí la noche.
Entramos y nos dan la llave del camarote que es exterior: vemos el
mar por la ventana. El camarote no es grande pero sí
confortable, tiene capacidad para cuatro personas, aunque solo
vamos dos. Dispone de un baño completo (ducha, lavabo y váter) y un
pequeño armario sin puertas. Además de los camarotes se puede hacer
el viaje en una butaca. Éstas se encuentran en una sala un
poco apartada, las utiliza bastante gente y parecen tan cómodas como
las butacas de otro medio de transporte (tren, avión, bus), en total
caben 518 pasajeros. También hay una sala grande de
uso común y separada en varios ambientes con mesas sillas y
algunas teles. Y un autoservicio. Los pasajeros nos recorremos
todos los espacios, entramos y salimos a las cubiertas exteriores
hasta que se pone el sol. Una puesta de sol preciosa.
La
cena
es
buena y variada y de un precio
normal,
no abusan. Hay sitio de sobra para sentarse pero todos queremos estar
cerca de las ventanas mientras haya luz y nos apelotonamos en la
proa. Después de la cena el tiempo se estropea, empieza a llover y
el barco cabecea, es difícil andar, leer, ver la tele, incluso estar
de pie así que decidimos ir a la cama. Se está mejor tumbado,
aunque la cama también se mueve, claro: sube y baja (menos mal que
no es mucho) y se oye el ruido del motor a lo lejos; yo no me mareo
pero C. sí ¡menuda noche le espera!. Por fin es de día y el tiempo
ha mejorado porque el barco no se mueve tanto (¿me habré
acostumbrado al movimiento?) aunque todavía llueve. Después del
desayuno salimos a cubierta. Aún falta un poco para llegar a Saint
Nazaire el puerto de Nantes
en
Francia
y
pasamos el rato viendo el mar y paseando por el barco. Finalmente nos
acercamos a la costa y nos recibe un puente
enorme y precioso.
Son las doce y ya llegamos. La experiencia ha sido estupenda, muy recomendable nos hemos ahorrado 1000 km de conducción. Ahora toca coger el coche, bajar a
tierra y empezar a hacer kilómetros. Nuestro destino: Reims a 600 km aprox.
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