06 diciembre, 2013

Norman Asturias


El ferry de pasajeros que cubre La autopista del mar que va de Gijón a Nantes se llama Norman Asturias y sale del puerto de El Musel
La salida es el martes 4 de junio a las 19h30 pero hay que estar un par de horas antes para el papeleo y la cola para entrar en el barco. Hay varias colas: de camiones, coches y motos. Poco a poco vamos entrando al barco por una puerta gigantesca en la parte de detrás; los camiones y motos van a la bodega, los coches hemos de subir una rampa muy inclinada para llegar a cubierta donde se dejan los coches al aire libre y bien atados. Zarpamos puntualmente y la costa se va alejando, alejando, hasta que ya no se ve.

                


El viaje va a durar 16 horas, así que pasaremos aquí la noche. Entramos y nos dan la llave del camarote que es exterior: vemos el mar por la ventana. El camarote no es grande pero sí confortable, tiene capacidad para cuatro personas, aunque solo vamos dos. Dispone de un baño completo (ducha, lavabo y váter) y un pequeño armario sin puertas. Además de los camarotes se puede hacer el viaje en una butaca. Éstas se encuentran en una sala un poco apartada, las utiliza bastante gente y parecen tan cómodas como las butacas de otro medio de transporte (tren, avión, bus), en total caben 518 pasajeros. También hay una sala grande de uso común y separada en varios ambientes con mesas sillas y algunas teles. Y un autoservicio. Los pasajeros nos recorremos todos los espacios, entramos y salimos a las cubiertas exteriores hasta que se pone el sol. Una puesta de sol preciosa.


La cena es buena y variada y de un precio normal, no abusan. Hay sitio de sobra para sentarse pero todos queremos estar cerca de las ventanas mientras haya luz y nos apelotonamos en la proa. Después de la cena el tiempo se estropea, empieza a llover y el barco cabecea, es difícil andar, leer, ver la tele, incluso estar de pie así que decidimos ir a la cama. Se está mejor tumbado, aunque la cama también se mueve, claro: sube y baja (menos mal que no es mucho) y se oye el ruido del motor a lo lejos; yo no me mareo pero C. sí ¡menuda noche le espera!. Por fin es de día y el tiempo ha mejorado porque el barco no se mueve tanto (¿me habré acostumbrado al movimiento?) aunque todavía llueve. Después del desayuno salimos a cubierta. Aún falta un poco para llegar a Saint Nazaire el puerto de Nantes en Francia y pasamos el rato viendo el mar y paseando por el barco. Finalmente nos acercamos a la costa y nos recibe un puente enorme y precioso.


Son las doce y ya llegamos. La experiencia ha sido estupenda, muy recomendable nos hemos ahorrado 1000 km de conducción. Ahora toca coger el coche, bajar a tierra y empezar a hacer kilómetros. Nuestro destino: Reims a 600 km aprox.

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