La puerta de Francia |
Esta puerta separa la ciudad nueva de la vieja. Es la entrada a la Medina.
Estrechas callejuelas ascienden hacia la Gran Mezquita rebosantes de tiendas donde los vendedores llaman a los turistas para que entren en sus locales: "Mari Pili", "Pantoja", "Real Madrid"... todo vale con tal de que dejes tus dinares allí.
El regateo es la única manera de comprar. Y puede llegar a ser agotador porque hasta que no te llevas algo de la tienda, no te sueltan.
La Gran Mezquita de Túnez |
Saliendo por la Puerta de Francia hacia la ciudad moderna estamos en la avenida principal: Avenue Habib Bourguiba, primer presidente de la república (tras independizarse de Francia) entre 1957 y 1987.
En esta avenida hay edificios importantes como la Catedral católica de San Vicente de Paúl y el Teatro Municipal. Al fondo, hacia el mar está la Torre del Reloj en la Plaza del 7 de noviembre.
Catedral de San Vicente de Paúl |
Teatro Municipal |
El 7 de noviembre de 1987 Habib Bourguiba dejó la presidencia de la república a Zine el-Abidine Ben Ali que era el primer ministro entonces en un cambio de poderes pacífico (Sami le llamaba golpe de estado blanco).
En diciembre de 2010 un joven vendedor ambulante se quemó a lo bonzo en una poblada ciudad del centro en protesta por la confiscación por parte de la policía de su puesto de frutas lo que le condenaba a la miseria.
La población reaccionó protestando por este suceso y por la excesiva subida de los precios en los alimentos básicos, las malas condiciones de vida y la falta de oportunidades para superar la crisis económica que sufría el país desde 2008.
De un modo resumido: empezaron protestas en todo el país, el presidente Ben Ali huye del país el 14 de enero de 2011 a Arabia Saudita, hubo gobierno provisional y a finales de 2011 elecciones a una Asamblea Constituyente.
Este gobierno, formado por una coalición, consiguió finalmente aprobar una Constitución el 30 de enero de 2014 tras muchas negociaciones.
El 6 de marzo de 2014 se levantó el estado de emergencia impuesto el 15 de enero de 2011.
En la avenida Habib Bourguiba todavía quedan restos de aquellos días porque hay unas vallas con concertinas enfrente del ministerio del interior y tanquetas del ejército, ya que esta avenida era donde se hacían manifestaciones, no autorizadas claro.
Torre del reloj |
En diciembre de 2010 un joven vendedor ambulante se quemó a lo bonzo en una poblada ciudad del centro en protesta por la confiscación por parte de la policía de su puesto de frutas lo que le condenaba a la miseria.
La población reaccionó protestando por este suceso y por la excesiva subida de los precios en los alimentos básicos, las malas condiciones de vida y la falta de oportunidades para superar la crisis económica que sufría el país desde 2008.
De un modo resumido: empezaron protestas en todo el país, el presidente Ben Ali huye del país el 14 de enero de 2011 a Arabia Saudita, hubo gobierno provisional y a finales de 2011 elecciones a una Asamblea Constituyente.
Este gobierno, formado por una coalición, consiguió finalmente aprobar una Constitución el 30 de enero de 2014 tras muchas negociaciones.
El 6 de marzo de 2014 se levantó el estado de emergencia impuesto el 15 de enero de 2011.
Graffiti sobre la revolución |
En la avenida Habib Bourguiba todavía quedan restos de aquellos días porque hay unas vallas con concertinas enfrente del ministerio del interior y tanquetas del ejército, ya que esta avenida era donde se hacían manifestaciones, no autorizadas claro.
El 14 de enero de 2011 ha pasado a ser una fecha mítica para los tunecinos más jóvenes. En la capital hay muchas referencias a la revolución y a esta fecha. La plaza del 7 de noviembre ahora es la del 14 de enero de 2011.
Túnez es un país con 11 millones de habitantes, que afortunadamente ha encontrado la estabilidad. O eso parece: su revolución dio origen a la primavera árabe y ha encontrado la manera de salir bien de ella, aunque más religioso.
Ahora este país quiere centrarse en el turismo y la agricultura que son sus principales medios de vida. Yo como turista me ha encantado y lo he disfrutado mucho. Me parece que tiene muchos contrastes que lo hacen atractivo.
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