19 mayo, 2014

El desierto de sal y el oasis de montaña


Chott El Jerid

 El antiguo lago salado de Chott el Djerid es un desierto de sal.

 A 150 km de Argelia este lago salado mide 7.000 km cuadrados. Está a 20 m sobre el nivel del mar y cubierto totalmente de sal. El color del lago es blanco, pero hay zonas donde la tierra, la sal y una poca de agua crean bellas y coloridas formas. Eso no lo ví, pero lo que ví del lago sí me gustó.

Es visita obligada de los turistas. Una carretera cruza el lago y a la mitad hay una parada para hacer fotos y comprar recuerdos.






Una barca pintada de colores y con la bandera de Túnez proporciona el marco adecuado para las fotos del lago con el Atlas sahariano al fondo.


El lago y la barca

En esta zona la gente vive de la sal y la palmera. Túnez produce 65 variedades de dátiles y aunque se cultivan en todo el país aquí compramos unos dátiles deliciosos. También en la parada pudimos comprar rosas de sal francamente bonitas. Me llamó la atención que los vendedores nos pidieron insistentemente bolígrafos y mecheros, parecía que les interesaban más éstos que el dinero de la venta de rosas y dátiles.


La parada del lago salado con todos los servicios.

Tras la parada continuamos camino hacia el oasis de Chebika. 


El oasis de Chebika

Ahora estamos a 15 km de Argelia. En el desierto de montaña está el oasis con sus palmeras, varios kilómetros antes de llegar se distingue perfectamente la mancha verde sobre la gran extensión parda del desierto.

Un oasis

La ciudad de Chebika está en la montaña y sufrió las mismas lluvias torrenciales de 1969 que la ciudad de Matmata y también se abandonó. Se construyó una nueva ciudad muy cerca de la antigua, que se dejó tal cual para que la vean los turistas.

Chebika

En medio de la montaña pelada hay un montón de palmeras que parecen seguir el curso de un río, ya que es así. En la montaña nace un manantial y crea el oasis, es impresionante, muy bonito.


Oasis de montaña

Fuimos hasta el salto de agua acompañados por un guía local que nos llamaba en español "mejor grupo". Un tipo simpático que no paró de decir tonterías para hacernos reír. Tuvimos que ir al otro lado de la montaña cruzando un estrecho paso de uno en uno. 



Después del paso descendemos hacia el nacimiento del río y la pequeña laguna que se forma al comienzo. El agua está calentita. 



Seguimos el curso del arroyo y vimos varios saltos de agua. Muy, muy bonito sobre todo teniendo en cuenta que estamos en medio de un desierto.





Durante todo el recorrido muchos vendedores nos ofrecieron su mercancía de piedras de  colores.



Al final llegamos a una charca que tenía ranas y se terminó lo bueno. El curso de agua continúa montaña abajo creando el oasis, nosotros lo dejamos y volvimos a la aridez. Vamos a ver más de Túnez.

Hemos visto desierto de arena, de sal y de montaña; e incluso un oasis de palmeras. A partir de ahora veremos ciudades.

La siguiente visita será a la ciudad de Keirouan para conocer su mezquita.

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